Las fotos (por ejemplo, las imágenes JPEG) contienen metadatos, como la fecha de creación, información sobre la cámara, etc. Esta información se puede guardar en lo que se denomina cabecera Exif, en un archivo anexo XMP o en ambos. Estos datos también pueden contener coordenadas geográficas para que quede constancia de dónde se obtuvieron las imágenes.

La mayoría de las cámaras carecen de receptores GPS, por lo que no pueden guardar las coordenadas al capturar imágenes. Una posible solución consiste en llevar consigo un pequeño dispositivo de registro GPS (en la actualidad basta con disponer de un teléfono inteligente ;-)), que registrará su recorrido todo el tiempo. Posteriormente podrá comparar las fechas de las imágenes con las de los puntos del registro GPS para averiguar dónde se tomó cada una de las imágenes.

Si conoce con seguridad dónde realizó una foto, también puede asignar las coordenadas de forma manual a la imagen.